
Son dos las causas que hacen del agua una molécula única: la formación de enlaces de hidrógeno y su gran polaridad. El enlace de hidrógeno (fuerte atracción electrostática que ocurre entre un átomo de hidrógeno enlazado a un átomo electronegativo en una molécula y el par electrónico libre de un átomo electronegativo cercano) es responsable de que los puntos de fusión y ebullición del H2O sean anormalmente altos, y también de su elevado calor específico, su notable calor de vaporización, su gran tensión superficial y su buena conductividad térmica, todos superiores a los de la mayor parte de los líquidos. A esta fortaleza del H2O se le añade su gran polaridad, que la convierte en uno de los mejores disolventes de compuestos iónicos y de compuestos polares, pudiendo romper en muchas ocasiones las moléculas covalentes dando lugar a iones (poder ionizante del agua), que es fundamental para que se realicen muchas reacciones en medio acuoso.
La mala distribución y el desperdicio que se ha hecho del agua la han convertido en un bien escaso. Queda ahora encontrar respuestas rápidas para evitar que en un futuro cercano poblaciones y hasta países enteros no dispongan de este recurso vital.
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