Se suele asociar la formación de burbujas o espuma con el poder limpiador de los jabones y detergentes. Sin embargo, su presencia no tiene relación con la formación de micelas (mecanismo por el que el jabón solubiliza las moléculas insolubles en agua, como las grasas), ni son más efectivas en quitar las manchas grasosas. Aún así, la gente espera que los jabones echen espuma, y los químicos en la industria del detergente formulan los productos para que formen espuma durante el lavado y obtener así una mejor aceptación en el mercado. En algunos casos, la espuma puede ser perjudicial, por ejemplo, en lavavajillas y lavadoras que no tienen espacio suficiente para mantener la espuma dentro de la máquina.
La espuma puede también denaturalizar moléculas de proteínas, que desdobla/destruye sus estructuras terciarias a medida que son oprimidas por las burbujas. Es por esta razón que se cuida de no agitar las preparaciones de proteinas, por ejemplo los viales de suspensiones de insulina se mezclan rodando el tubo entre las manos y no agitándolas. Tal vez sea este el motivo por el que James Bond insistiera en que sus martinis fueran shaken not stirred (sacudidas pero no agitadas), ¡para asegurarse que cualquier enzima presente en la bebida no fuera denaturalizada!
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